Con el propósito de seguir investigando nuevas opciones de granos que se tienen en la región y que con su uso en la elaboración de algunas harinas y otros productos industriales contribuyan a elevar en la población valores nutracéuticos, y por consiguiente mejores niveles de salud, además en la prevención de enfermedades como el cáncer, en la Facultad de Ciencias Químico Biológicas de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), la doctora Keila Milán Noris desarrolla proyecto de investigación con un tipo de garbanzo pigmentado.
La investigadora y docente de la UAS enfatizó que el garbanzo es la segunda leguminosa con mayor producción a nivel mundial, además de que es una fuente económica de proteína con compuestos antioxidantes como flavonoides, por ello su interés de trabajar en su estudio, ya que se ha relacionado también a este grano con la prevención y disminución de enfermedades relacionadas al estrés oxidativo.
“En la industria, algunos otros granos se utilizan desde la forma funcional o técnica, la germinación lo que hace es generar propiedades que ayudan a tener una mejor calidad de productos para panificación, ya sean galletas o panes, y nos estamos enfocando más hacia ver que estamos generando unos compuestos que se llaman nutracéuticos, los que generan un efecto a la salud, en la prevención sobre todo de enfermedades”, puntualizó.
Milán Noris, quien forma parte del grupo de investigadores del Laboratorio de Alimentos Funcionales y Bioprocesos, destacó que en los últimos años el garbanzo pigmentado ha sido adaptado de forma experimental al suelo sinaloense, pero sigue sin explotarse a pesar de ser una fuente importante de fitoquímicos con buena calidad proteica, por lo que ella y su grupo, trabajan en el diseño de procesos que permitan recuperar al máximo los compuestos bioactivos y aprovechar su valor nutrimental y nutracéutico.
La joven investigadora comentó que este proyecto es financiado con recursos propios de la institución, es decir, del PROFAPI y actualmente lleva un avance significativo, por lo que a más tardar en febrero del año entrante tendrá los resultados para que sean publicados en revistas científicas y la industria interesada pueda retomar los resultados a través de procesos de transformación innovadores, ya que el garbanzo puede ser convertido en ingredientes que se incorporen en alimentos procesados que permitan cubrir las necesidades de diferentes perfiles de consumidores.